FIN DE CICLO
Con la fiesta del Bautismo de Jesús, se cierra el ciclo litúrgico de la Navidad y comienza el Tiempo Ordinario.
Llama la atención que en la liturgia se pasa de una vez de la adoración del Niño por los Reyes Magos, a Jesús adulto que deja Nazaret y va a mezclarse con las multitudes que siguen a Juan Bautista para recibir el bautismo de conversión.
Este hecho puede invitarnos a reflexionar sobre el bautismo que recibimos sin haberlo escogido personalmente, si no como fruto de la Fe de nuestros padres que creyeron entregarnos con este ritual `` el mayor tesoro `` que nos incorpora a la vida de Dios. En la ceremonia bautismal lo primero que recibimos es un nombre escogido por nuestros mayores y con el cual somos amados y llamados por el Creador, hasta nuestro encuentro definitivo con El al final de nuestro peregrinaje. ‘Mira, yo grabé tu nombre en las palmas de mis manos`` (Is 49,16)
En otro momento de la ceremonia, los padrinos son cuestionados si están dispuestos a educar el pequeño en la Fe y a enseñarle a guardar Los Mandamientos. Por qué hablar de obediencia a los mandamientos en el momento de la incorporación del nuevo miembro a la Iglesia? Es la Iglesia una comunidad de justos? Jesús dijo que había venido no a llamar a los justos sino a los pecadores (Mt 9,13)
En Jesús se encuentra una tensión entre las enseñanzas morales que imparte y la acogida que ofrece a los pecadores, a los mal vistos por la sociedad, come con publicanos y pecadores , sin exigirles antes el arrepentimiento. En la Biblia los Mandamientos no son en primer lugar reglas a las que es preciso doblegarse; en hebreo no existe la palabra ``obedecer`` en el sentido moderno de sumisión de la voluntad personal a un poder exterior. Al contrario la obediencia se expresa con la palabra ``escuchar``. Se nos pide escuchar al Señor nuestro Dios. Los mandamientos no son tanto una coyunda exterior , sino una invitación a estar atentos a Dios. Escucha Israel, yo soy el Señor tu Dios que te saque del país de Egipto(Ex,20-2) Los 10 mandamientos no son la imposición de la voluntad arbitraria de Dios, ellos nos moldean según su amistad y su liberad. Ellos son un duro aprendizaje para entrar en la amistad y la libertad. Toda amistad digna de ese nombre es exigente y con mayor razón la amistad con Dios.
La víspera de su muerte Jesús da a sus discípulos su nuevo mandamiento : ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS y en ese momento enfatiza su amistad OS LLAMO AMIGOS PORQUE TODO LO QUE APRENDÍ DE MI PADRE OS LO HE DADO A CONOCER (Jn 15,15) En la Biblia los Mandamientos son dados en un contexto de amistad con Dios y de amistad los unos hacia los otros. No tienen por finalidad ejercer un control sino formar el corazón a un espíritu de reciprocidad; son una invitación fuerte y exigente a crecer en el amor autentico, original que es Dios mismo. Estamos seguros de ser amados por El sin condiciones y esta amistad, como toda amistad nos transforma. La Iglesia comienza a comprender que para trasmitir su enseñanza moral, tiene que basarla en la amistad. Solo estando próxima a la gente, compartiendo sus problemas, sus esperanzas, sus miedos, sus tentaciones, sus frustraciones, puede tener una palabra valida y confiable.
¡El camino es largo, pero promisorio y esperanzador !
¡El camino es largo, pero promisorio y esperanzador !
Sor Irma Ramirez